jueves, 12 de noviembre de 2009

Ema, el circo y el domador de leones (Parte 14)


Los folletos estaban por todas partes,
un circo había llegado al barrio,
y al margen de la tristeza de Ema,
andaban las veredas salpicadas de lentejuelas,
los mismísimos artistas invitaban a la función.
La aspirante a bruja conversaba con los trapecistas,
no cabían dudas, preguntaba por Mr Cook,
podían haber visto por ahí un gato color caramelo
y para ella era de suma importancia.
Pasaba la escritora con su niño mago
simulando un viaje en triciclo, y a la pasada, dijo:
- Hay que preguntarle a algún domador, ¿tienen domador?
-¿Me buscaban? – dijo un hombre con ojos de estrellas,
apareciendo en la vuelta de la esquina.
De una enredadera arrancó una flor de mburucullá,
se acercó a la escritora, y se la ofreció, mientras Ema sonreía divertida.
Dios miooo, Ema sonreía.
- Soy El Francés, domador de leones, por elección,
¿Con quién tengo el gusto?
- Soy Faustina, escritora, también por elección, este es mi hijo Joaquín,
por fecundación, y mi vecina Ema, aspirante a bruja, portadora de
planetas de brillantina, frecuentada por estrellas, por designio supremo.
El domador las miró, y Ema tembló de felicidad,
pensando en las probabilidades de que este hombre encontrara a Mr Cook,
Y Faustina, también tembló, pero de manera, digamos, diferente.
Fueron invitadas a la función,
Y la noche se llenó de piruetas y bailarinas,
Y trapecistas de arabescos.

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