domingo, 20 de febrero de 2011

22- Ema, sonrisa de lunas plateadas


22- Ema, sonrisa de lunas plateadas

Que estuvo en un lugar muy frío, le dijo,
tan arriba del planeta, que creyó poder salir de él,
con sólo estirar un poco los brazos.
Era su manera de estar mas cerca de Ema y Magali,
porque cuando intentó virar sus ojos hacia el sur,
no halló rastros de su niña de los ojos color tormenta,
de su Maga, manos de hada, fabricante de cajitas
para guardar los sueños.

Nada le dejaron a Tomás,

Quedó encerrado en ese espacio de espejos cristalinos,
verde agua su memoria, y el sueño recurrente,
de una terraza colorada y un ojo de tiza.
Un largo camino entre papeles, embajadas y
palomas mensajeras, lo llevaron
hasta ese barrio extraño,
donde halló a su hija increíble, desparramando mariposas naranjas
cerca de un limonero.

-Así te imaginé para escribirte, preciosa como un sol,
tan oculta en tu mundo, que sólo el amor,
podía ser el hilo entre vos y yo- le dijo parado delante del cerco,
con un sol naranja detrás.
En el reflejo, a Ema le pareció que se desprendían de su camisa,
jirafas verdes, diminutas.
Acomodó nerviosa su pelo y lunas plateadas salieron de su sonrisa,
elevándose hacia la enredadera del patio.

Los vecinos del barrio, juntaron diamantitos de lágrimas
durante una semana entera.