sábado, 27 de diciembre de 2008

Ema, en la terraza, dibujando ojos de tiza, vislumbrada (parte 3)



Era Ema, lo sé, porque era la terraza de su casa, era su calle de paraísos.
Era Ema, porque ahí estaba su limonero en el jardín de abajo,
y Clodomira, la paloma mensajera, en la rama de una acacia.
La voz de Ema, inconfundible, a las 00:45hs,
cascada de agua tornasolada cayendo sobre el silencio
de ese barrio suyo de perros amarillos durmiendo en los portones.
Blandía un libro violeta, Ema, en su terraza,
su libro azucena, sus piernas de equilibrista saltando un rayo de luna.
Conjuros cual sentencias, antídotos contra la soledad.
Pétalos de margaritas en un jugo tibio de limón,
gajitos de mandarina reventados al viento,
salpicando cáscaras de nuez: la pócima perfecta para que vuelva el amor.
Era Ema, no había dudas, entonces le grité:
-¡Ema, a éstas horas duermen Germán, el diariero; Pablo, el del taller;
Carolina, la maestra y los niños de Marisa también...
Ema... ¿a éstas horas tiene que ser???
-Síiiii –me respondió dibujando un ojo verde sobre la baldosa roja
–porque a estas horas, suele andar Maribel.
-¿Maribel? -Maribel, la sonámbula que pasa comiendo chocolates,
el hada de los sueños bonitos.
Clodomira le ha llevado esta tarde mi mensaje.
-Ema, ¿qué mensaje le diste a Maribel?
-Jaja, uno muy simple –dijo, mientras dibujaba cometas en el aire,
dedos de arabesco- quiero encantar, Maribel, y no me sale!!!
Yo, que amo, y no hay quien me ame, te necesito.
A sus espaldas, una llovizna sobre la acacia...
Arrastrando mi bata y mi camisón, me fui deseándole buenas noches.
Ema arrojó estrellas de tiza sobre los charcos que yo pisaba.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Ema en la calle Mompox, circundada por nubarrones



Soñé o creí soñar a Ema,
entrando a un negocio de la calle Mompox,
circundada por nubarrones celeste oscuro y ceniza,
atravesado su cuerpo vestido de rojo
por una alegría que no le cabía,
se le escapaba por el sombrero ciruela,
se adivinaba en el girasol prendido del borde.
ESCOBAS- PLUMEROS “MOMPOX” Cartel de letras verdes,
y de pronto di un salto en la cama,
sorprendida de que Ema hubiese combinado
sus zapatos con el color de las letras.
¡Esta Ema, qué ocurrente!
-Vengo a reponer mi reserva de escobas,
porque he hallado esta mañana todas las que tenía,
desparramadas en la vereda.
-¿Se te cayeron por la ventana, Ema?
-Se me cayeron, ¡y yo, con ellas!
-¿Por la ventana?
-Por la ventana, ¡derechito a la vereda!
Incrédulo el vendedor, la rodeó de cincuenta escobas, todas bellas,
Preguntó cómo las iba a llevar...
(Y mi sonrisa en la cama:¿Cómo, Ema?)
-Pedí a una corte de luciérnagas que al caer la noche,
vengan a esta calle Mompox,
que me supera, que me encierra de grises,
y se lleve su simpática mercadería hacia mi casa.
La aspirante a bruja, de los ojos casi violetas,
en un soplo salió a la vereda.
-Ema, te soñé en la calle Mompox, rodeada de escobas
-alcancé a decirle. Anochecía, me tapé la cara, incrédula.
-Ema...-señalando hacia la esquina-
¡¡¡Ay Ema!!! ¿¿Una... corte de ... luciérnagas??

sábado, 20 de diciembre de 2008

Ema frecuentada por estrellas*** parte 1


Qué por qué le gusta a Ema la noche,
y ella suele responder: -Porque me frecuentan estrellas.
Y nadie duda, porque Ema es un rayo blanco, una estela de luz.
Hay quienes cuentan, la vieron ensayando vuelos escoberiles,
porrazos contra el piso como resultado,
cuantísimas escobas desparramadas en la vereda.
Su sueño de ser bruja,
disuelto en una lágrima verde de rimel mal aplicado.
-Porque brujas hay muchas, pero yo quiero encantar...
quiero quitar dolores, atraer amantes,
tirar burbujas celestes desde mi terraza,
y a quienes toquen las pompas,
que les sea otorgada la noche mas límpida,
y en el lecho, la piel por la que desespera.
Que por qué no ama de casa, o repostera,
O ladrona, o bailarina, que por qué bruja, Ema.
-Porque las estrellas me hacen llorar,
y tengo presentimientos cuando hay luna llena.
-¿Y de dónde vienen? ¿Qué son esos presentimientos, Ema?
-Vienen de una historia que fue luna, lluvia y resplandor.
Beso, rock and roll y tibieza,
historia de trenes, de perros, veredas,
promesas, abrazos, y cobertor azul.
No me salen los vuelos de escoba, pero quiero encantar...
Insisten que por qué la noche, cuál es el deseo de la aspirante a bruja.
Y Ema responde sin dudar:
-El sonido de sus pasos, y más música aún:
sus manos girando la llave y el picaporte de mi puerta.
-Ema, frecuentada por estrellas,¡¡que así sea!!