domingo, 11 de julio de 2010

21- Ema sin sombreros, cruzando la línea de las pesadillas



Con tormentas imprevisibles y traicioneras
se despedía el verano.
Febrero flotaba en el agua, como un tanque de lata,
vacío y azul.
Ema despertó a Marzo con perfume marino,
despeinada, sin sombreros,
cruzando la línea de las pesadillas,
como quien cruza una zanja repleta de muertos.
Soñó con Tomás, justo una noche antes
de que dejaran en la casita del correo
un paquete azul, con dibujos de unos ojos esfumados.
Ema salió a mirar, Mr Cook dormitaba
Junto a unos limones caídos en el jardín.
Tomó el paquete, lo abrió con manos temblorosas:
Era un libro con tonos verdes y azules en la tapa.
Llevaba un título, que al leerlo,
A Ema se le congeló la piel.
De los nudillos de la mano derecha le salían hilos de plata,
Que ayudaron a desplegar las hojas:
“Mi niña de las escobas, en su ojo de tiza”- rezaban las grandes letras.
Comenzó a llorar
Y toda la mañana llovió con suma intensidad,
No servían los paraguas, ni daban a vasto las alcantarillas.
Nubes turquesas de relámpagos caían sobre las veredas.
Ema sólo pudo pensar en su terraza,
En volver a trazar su ojo protector,
Sentarse en el iris sin pestañas
A resguardarse de los años oscuros en su memoria.