sábado, 26 de diciembre de 2009

Ema, de mariposas de azúcar y jirafas extraviadas


Ema me dijo que tenía algo que hacer,
Y si quería acompañarla.
Fuimos juntas al barrio de las callecitas angostas,
Y el boulevard de los naranjos.
Nuestro olfato se lleno de vainillas.
Doblamos en una esquina, y de la falda blanca de Ema,
Se desprendieron mariposas de azúcar.
“Está radiante”- pensé- pero su rostro era el de una niña asustada,
brujita con el corazón herido por los malos sueños,
que vas en busca de respuestas necesarias.
- Yo tenía una familia de jirafas- dijo de repente.
Se pasó una mano por la oreja derecha
Y salió volando una mariposa azul.
- Una familia entera, un padre, una madre, unas jirafitas.
- ¿Jirafas... de verdad...? – dije como una tonta.
Ema me miró como se mira a un niño crédulo
al que hay que seguir mintiéndole, y me contesto:
-Jirafas de verdad...
Ema tenía esas cosas, de dejarte en ridículo, digo.
-¿Dónde las tenías?
-En una casa llena de libros y mesas desordenadas,
cinco jirafas, sin tiempo para ser felices.
- ¿Y a qué viene eso ahora?- le pregunté
- Nada, es sólo que las pienso.
Cruzamos la calle, Ema recitó una dirección de memoria.
Nos paramos frente a una puerta:
La tienda de SOMBREROS ENCANTADORES.
Vino de adentro ese olor a caramelo que ya conocíamos.
-También tuve un papá- soltó Ema, haciendo tintinear sus pulseras
al tocar el timbre- Se llamaba Tomás.
Me miró de reojo, se dio cuenta de mi mirada extrañada y agregó:
-Digo... además de las jirafas... tuve un papá.
Cuando se abrió por fin la puerta,
comenzó a caer una llovizna sobre nosotras,
que sólo mojaba a Ema.****

2 comentarios:

  1. Hola Carina!!!
    Cómo me gusta volver a pasar por aquí y leer las historias de Ema!!

    Espero que hayas pasado una MUY FELIZ NAVIDAD y que el 2010 te traiga todo lo mejor!!!

    Besotesss.

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  2. Muchas gracias Julia, que el 2010 te depare también lo mejor, y la magia de Ema nos alcance a todos nosotros. Un beso grande...

    Cari

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