martes, 22 de enero de 2013

- Ema, le temés a la noche algunas veces?
- Nunca, porque la brillante negrura trae sueños a cuestas.
- Te veo triste esta hoy, por eso era mi pregunta...
- No es por la noche, es por la ausencia,
porque los ojos de él no me extrañan,
y duerme hasta la mañana, sin mi pelo
en su pecho de flamas.
- me pregunto si alguno de tus conjuros...?
- mmm, tal vez... unas ciruelas mojadas por el rocío
y un poco de agua de los montes... sólo tal vez
- No hay que temer entonces, volverá...

Ema dejó su terraza para irse a dormir,
abandonó a sus estrellas derramadas
sobre las baldosas y los malvones.
Ya no respondió, dejó también,
recostada en la escalera,
su esperanza.




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