lunes, 28 de noviembre de 2011

Silvia, la abuela de Ema

Otra frecuentada por estrellas es mi abuela Silvia, sus sueños tienen mucho que ver con lo que a la gente suele sucederle,guardan estrecha relación con la realidad.
Todo lo que ella toca se convierte en luz.
Su casa está ubicada en una calle donde abundan los ciruelos y el jacarandá.
Los vecinos poseen cardenales que curiosamente habitan en los arbustos, y las jaulas, son utilizadas
para colgar de ellas, enredaderas y farolitos.
Al jardín de Silvia, acuden por la noche, las luciérnagas.
Es una fiesta para el barrio el verde resplandor.
Todo queda suspendido en una quietud inusual.
La vía láctea se refleja en los ojos de mi abuela,
sus pupilas verde mar, se preparan para el rito.
Conocedora de los astros y las constelaciones, traza mapas, itinerarios estelares
que la llevan hacia el interior de las almas.
Desparrama arcanos mayores y menores sobre la mesa violeta de su cocina,
y atraviesa los presagios en lo que dura un suspiro.
Bella Silvia, espectante a la madrugada, vislumbra la aurora boreal,
y se impregna de partículas de luz.
Silvia penetra en mis sueños y canta, alondra feliz, dentro de mi pecho.
Escribe "Ema" con polvo de ladrillo en las veredas,
y a mí, me siguen las lluvias, para salvarme de los malos augurios.

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