domingo, 8 de marzo de 2009

Ema, y su sombrero encantador, mas el inquilino




En una de sus visitas,
té aromático, palabras a borbotones,
Ema me contó del barrio de cenizas,
donde había ido a parar de casualidad,
de la calle de los naranjos, de las zanjas,
del empedrado.
Naranjos en el medio del boulevard.
- Fui a buscar un sombrero- me dijo- el aviso
decía: SOMBREROS ENCANTADORES- descruzó las piernas,
y del ruedo de su falda verde, se desprendió una mariposa.
Salió volando amarilla y negra hacia el ventanal.
- Ema, sombreros hay en todas partes- dije,
segura de haber dicho una tontería.
- Pero encantadores, no- volvió a cruzarse de piernas,
y su relato fue un hilo de plata en la oscuridad.

"- Necesito un sombrero encantador"
"- De bruja"- le dijo la vendedora. Olor a azúcar quemada
salía de su cocina.
"- De aspirante, porque bruja no soy"
"- El único sombrero de aspirante que tenemos, es ése de la esquina, que a la vez, sirve de dormitorio a Mr Cook.
El gato asomó la cabeza al oir su nombre.
"- ¿Y cuál es el problema?- dijo Ema, corriendo a acariciarlo.
"- Mr Cook viene con el sombrero, Ema"
"-¿Cómo sabe usted mi nombre?
"-Todo, tu falda de mariposas, tu olor a flores de maravillas,
tus ojos color tormenta, todo me grita que sos Ema.
"- Me llevo el sombrero- sonrió-con Mr Cook"

-Ema, es un muy bonito sombrero- le dije.
- pero no puedo usarlo, porque su inquilino no sale de él,
por nada del mundo.
-¡¡Devolvelo entonces!!!
- ¡¡No, ni loca!!!- dijo con cara de entendida- es un sombrero
para aspirantes, así está bien.